22 septiembre 2025
Federico Nogueda Berdeja
Las giras presidenciales que realiza la primera magistrada de la nación, Claudia Sheinbaum Pardo, a lo largo y ancho del país, no son otra cosa que la observación personal y directa de la mandataria para escuchar de viva voz la denuncia ciudadana.
Por supuesto, que la presidenta cuando llega a cada municipio o localidad del país ya tiene información del diagnóstico que impera, no obstante, a lo largo de la historia algunos mandatarios disimulan que no saben nada, y hacen que son sorprendidos por los ciudadanos.
En cada gira que se para la figura presidencial a escuchar a la población recibe todo tipo de demandas, y cada gesto, saludo, abrazó, mirada, fotografía del mandatario en turno tiene un mensaje y lectura, que puede ser interpretado por los observadores del fenómeno político.
En el caso de la presidenta Sheinbaum, sus giras van más allá de tener una lectura e interpretación política, como la han tenido otros presidentes a lo largo de los sexenios presidenciales.
De acuerdo a los analistas, observadores que se han sumergido a dar seguimiento de cerca el fenómeno de las giras presidenciales de Claudia Sheinbaum, la jefa del Ejecutivo federal, está dando un nuevo concepto para expresar sus giras, ellos, los analistas le han llamado de un modo, yo en lo particular a este nuevo fenómeno lo he llamado ‘Colapsar’.
Donde se ha hecho necesario, sin que nadie se lo proponga, inclusive ni se han dado cuenta, que los que participan en las giras, como invitados, anfitriones, los que protestan o demanden e inclusive personal de las giras, colapsen.
Cabe expresar que colapsar, es el momento cúspide que llega la sobrecarga mental, y emocional, que impide a un individuo funcionar porque llega a un límite, es decir, cuando llega ese momento que ya no se puede evitar.
Aunque colapsar no es un estallido, es cuando llega y sobrelleva esa etapa de carga, lo que llaman los iluminados ‘la noche oscura del Alma’ y se está soportando, para después soltar, donde después de soltar viene ese renacer o despertar. Luego entonces, colapsar no es un estallido, si no, el inicio de una nueva etapa, el aviso de esa nueva etapa.
Existen varios ejemplos de las giras de Sheinbaum donde se ha dado el fenómeno del colapso, uno que llamó la atención a los analistas y otros más que lo observan como yo, el caso de los gobernadores priistas y panistas de Guanajuato, Durango, Aguascalientes y Zacatecas, el más emblemático fue el gobernador priista de Durango.
Donde sin ambages, colapsó hacia sus usos y costumbres de su partido y expresó Esteban Villegas, se declaró “claudista” ante la presidenta Claudia Sheinbaum y aseguró que, aunque no pertenece a la misma corriente política que la mandataria, su administración respalda el proyecto federal.
La segunda, la gobernadora panista de Aguascalientes, Tere Jiménez, ‘reconocemos en su visita un mensaje de unidad, de diálogo y de sensibilidad política’.
Tercera, la gobernadora panista de Guanajuato, Libia Dennise García, “Yo quiero reconocer, presidenta, tu apertura, la apertura de tu gobierno, demostrando que con voluntad y con decisión nada es imposible. Y a sí pasó lo mismo con la gubernatura de Zacatecas, las cuatro colapsaron hacia sus usos y costumbres partidistas.
Cuando vino al estado de Guerrero, al municipio de Chilpancingo, los maestros cetegistas, pescadores y personal de salud, colapsaron ante la presidenta de la presidenta, aunque era una aparente protesta o demanda de sus necesidades.
Pero el caso más sobresaliente fue el personaje de seguridad o de logística de la presidencia, quién también colapsó, al enfrascarse a golpes con un periodista local, ese personaje no aguantó y colapsó…precedido se supone de otras presiones en otras giras, pero se precipitó en Guerrero, aunque la presidencia actuó de inmediato, sus pendiendo al sujeto.
Otro personaje que ha colapsado ante la figura presidencial de la dotora Claudia Sheinbaum es, el empresario Ricardo Salinas Pliego que, ni el ex presidente López Obrador logró colapsarlo, al grado que hoy, de empresario va a pasar hacer político, con su aspiración presidencial.
Salinas Pliego podría estar pasando su noche oscura de la transición de empresario a político, es decir quiere salir ya de esa noche oscura, de según él pagar solo los impuestos justos y después obtener una representación popular.
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