El grito del grito del poder Judicial demasiado tarde…
17 septiembre 2024
Federico Nogueda Berdeja
A sus más de cuarenta años de carrera política a lo largo y ancho del territorio del país, la mayoría de ciudadanos coinciden que, el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue su último grito el pasado 15 de septiembre.
Ya lo ven como un jubilado político, pero quizás si sea el fin de su carrera política, pero no el fin de su biografía, el actual presidente todavía va a seguir dando más temas, va a influir de otras formas en la vida del país, ya es un referente internacional.
En sus inicios de su carrera política fue dirigente del PRI en Tabasco, candidato a la gubernatura por su estado, dirigente nacional del PRD, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, fundador de Morena, tres veces candidato presidencial, en una de ellas se hizo presidente Legitimo y tomó protesta en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México.
En esos inicios de su presidencia Legitima, en varios años dio el grito de independencia, así, por ejemplo, en 2010, en las Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, donde convocó a los ciudadanos a ser protagonistas del cambio verdadero.
Para 2011, dio el grito en Salamanca Guanajuato, e hizo mención ya de Morena, en 2014, fue en el Congreso de Morena en el Deportivo Plan Sexenal, en la capital mexicana. Ya en 2015, desde Tamulté de las Sabanas, Tabasco, recordó a los normalistas desaparecidos en Iguala.
Eso lo hizo sin ser presidente de México, ¿Qué habrá de hacer, ya en el retiro y cuidando las formas políticas? Por supuesto que hay AMLO para rato.
RETORNO…
El grito del grito del poder Judicial demasiado tarde
Sólo a través de una reforma miembros del poder Judicial, jueces, magistrados y ministros entendieron, la importancia de atender a las mayorías, pero lamentablemente fue muy tarde, la reforma ya se aprobó.
Tuvo que llegar un paro laboral, mítines, campamento y plantones, para que pudieran acercarse al pueblo y con vivir cuando menos unos minutos con él, como el caso del todavía ministro Luís María Aguilar, quién se acercó al campamento de trabajadores del poder Judicial, también demasiado tarde.
Aunque él diga que su carrera en el poder judicial la comenzó desde abajo, como mecanógrafo, sin recursos, este personaje también cambió cuando llegó a juez y después ministro, se olvidó de su origen y entro en automático en intereses de esa minoría, que siempre se le ha señalado a los ministros.
La reforma Judicial va hacer una gran lección histórica independientemente de sus deficiencias que la acompañen, o lo absurdo que pueda ser para algunos, tarde comprendieron los aplicadores de la administración de la justicia, que tenían que cambiar.
Tarde también llegó, la propuesta de parte de los ministros para reformar al poder Judicial, esa reforma mínima hubiera llegado hace 5 años, y no hoy, cuando llegó su desmantelamiento por el estigma de su actuar en cada una de sus resoluciones constitucionales.
Y son buenos algunos puntos que presentó Norma Piña y sus ministros, la propuesta reforzaría aún más al poder Judicial, daría una apertura al ciudadano, pero llegó a destiempo.
La pregunta que nos asalta sería, ¿Qué van hacer ahora, ante una propuesta que va acabar con esas formas, lenguaje, vestir y cultura judicial que perduró durante décadas? ¿Cómo van a sobrevivir los poquitos juristas que se queden, ante el nuevo momento histórico?
Ya que el proceso de adaptación va a ser largo, frustrante, incomodo, sin privilegios, o comodidades, es decir van a vestir trajes culturales que antes no estaban impuestos a vestir, aclaro los que se queden.
Los jueces, magistrados y ministros, no es que hayan tenido mala suerte, con los que ellos llaman el desmantelamiento del poder Judicial, si no, que simplemente su ciclo se acabó.
Siempre es muy sano reconocer el fin de los ciclos, así como algunos tienen el valor y poder en su momento de hacer y deshacer, en la oscuridad, así también reconocer que el ciclo llega. Porque ‘todo por servir se acaba y acaba por no servir.’
federicosol@yahoo.com.mx
